Chaise Longue. Consejos para saber cuál te conviene.

El chaise longue son esos sofás tan modernos, aunque ya llevan tiempo en el mercado, que se forman en una única estructura y que encajan bien donde lo pongas. Hay miles de modelos pero hoy vamos a ver en qué fijarnos para acertar de pleno a la hora de adquirir uno para nuestra casa.

Textil o polipiel.

Obviamente, habrá más variedad en los sofás de textil que en los de polipiel, que suelen ser monocolores, aunque buscando podremos encontrar variedades. El textil, tiende a desgastar más rápido su color, ya que cuando nos sentamos no estamos quietos y el movimiento va haciendo que el color desaparezca. Por contra, la polipiel no es muy aconsejable si tienes mascotas, las uñas son su peor enemigo.

Práctico o decorativo.

Si queremos una estructura bonita que nos sirva para decorar más que para sentarnos, bastará con buscar uno que nos guste, sin pedir más requisitos. Los ideales son los de polipiel blancos que son muy elegantes. Pero, si lo que queremos es un Chaise Longue práctico y útil, podemos optar por buscar uno que incorpore puffs. Los puffs serán en la mayoría de los casos cuadrados, del mismo color que el sofá e irán incorporados en la parte baja, lo que viene genial para no ocupar más sitio innecesario. También los hay con arcón, normalmente en la parte larga del sofá, y es muy práctico para guardar de todo.

Comodidad y espaldar.

Una de las cosas más importantes a la hora de comprar un sofá es la comodidad. Los chaise longue no carecen de esta propiedad pero habrá que probarlos y asegurarnos de que son perfectos para nosotros, sobre todo si son sofá-cama. Los espaldares pueden ser extraíbles, tipo cojines grandes, o incorporados al asiento. Ambas tienen ventajas e inconvenientes pero, si hay que elegir, os aconsejo los extraíbles, ya que podemos devolverle su forma cada noche por ejemplo, algo más difícil de hacer en los que vienen junto al asiento.

Por último, deberemos informarnos cuando compremos nuestro Chaise Longue de los cuidados que lleva, porque ni a todos podremos extraerle las fundas ni podremos usar cualquier producto de limpieza en ellos. Piénsalo bien, la vida media de un sofá son 10 años así que deberemos estar seguros de que el que compremos vamos a quererlo toda su vida.