Comprar productos en liquidación
Muchas veces, cuando estamos comprando en nuestro supermercado o hipermercado habitual vemos productos con una etiqueta roja o amarilla que resalta y atrae nuestra atención. Estos productos pueden ser alimentos, ropa, productos de higiene o incluso de decoración o de la zona electro. La liquidación de la que hablamos es de productos concretos, no liquidaciones totales como las de las tiendas que están a punto de cerrar por ejemplo.
Los productos en liquidación son aquellos que por alguna razón el super/hipermercado ha decidido rebajarlo para así venderlo antes. Algunos motivos que hacen que esto suceda son:
Cambios de formato. El producto va a cambiar su apariencia y quieren deshacerse lo antes posible del stock antiguo.
Defecto. Esto se ve mucho en latas o productos que vienen con envases fácilmente rompibles.
Fin de temporada. En la ropa por ejemplo sabemos que no es normal tener en venta unas bermudas en otoño o invierno y las tiendas o supermercados las liquidan para dar paso a la nueva colección cuando llegue.
Fecha de caducidad. Uno de los más comunes en lo que a la comida se refiere. Los productos cercanos a cumplir su fecha límite de consumo recomendada se liquidan para que no cuente como pérdida al comercio.
En la zona de electrónica podemos alguna vez ver ordenadores a los que se les ha descontado hasta 150 euros por ser el último y normalmente será el que está expuesto el que les queda. Debemos saber que aunque el producto que adquiramos esté en liquidación, conlleva las mismas garantías que uno que no lo está. Es decir, si compramos ese ordenador que ha resultado tan barato, podremos reclamar ante cualquier fallo que se produzca, ya que el vendedor tiene que comprobar antes de venderlo que está en estado idóneo para su venta.
La clara ventaja de estos productos en liquidación es una disminución en su precio. Unas veces será más chollo que otras, y de eso debemos encargarnos nosotros, de compararlo con el producto que no esté en liquidación y ver si nos es rentable.