5 consejos para viajar a la playa
Tomarse un descanso en verano es algo casi imposible de evitar. El trabajo, la vida familiar, las tareas del hogar, todo va creando un estrés que queremos hacer desaparecer en las escapadas o vacaciones a lugares lejanos y en los que la única preocupación sea darnos la vuelta para no quemarnos por el mismo lado.
La playa es uno de los destinos favoritos de los viajeros. No hace falta que sea verano, hay sitios, como Canarias, en los que puede encontrarse sol y calor incluso en invierno. Aquí van algunos consejos a tener en cuenta si os planteáis viajar a un lugar de playa.
1. Consultar el tiempo. Aunque sea verano, unos días antes del viaje podemos consultar el tiempo para organizar mejor nuestro viaje. Si tenemos pensado coger unos días para la playa y otros para visitas, saber en qué días hará sol nos ayudará a planificar las rutas del viaje.
2. Informarse de los lugares. Aunque esto se debe hacer en cualquier viaje, debemos consultar qué playas son aptas para bañarse y cuales no. No todas las playas permiten el baño y algunas, aunque sí lo permitan., puedan tener fuertes corrientes que nos arrastren mar adentro.
3. La maleta. Evidentemente la mayoría de la ropa que llevaremos en nuestro viaje será ropa corta, bañadores, toallas de playa y sandalias, pero también deberemos llevar alguna prenda de abrigo, puesto que el mal tiempo puede acechar y no siempre el parte meteorológico va a acertar de pleno. Las gorras son importantes para evitar golpes de calor.
4. Comida en la playa. Muchos serán los vendedores que se pasearán por la playa vendiendo bebidas, helados, frutas, etc. Debemos saber que algunas de estas personas son sanas y cuidan la higiene de sus productos pero otras se aprovechan del calor y de la deshidratación de la gente, sin tener en cuenta la calidad de los productos. Estar horas paseando por la playa de un lado a otro con esas frutas y bebidas al sol harán que queden inservibles y, por tanto, no sean aptas para consumir.
5. Protegerse. Exponerse al sol si no se está habituado puede resultar fatal y, si se tiene la piel blanca más aún. Utilizar un factor alto de protección es importante y esto no evitará que nos bronceemos, al contrario, nos evitará quemaduras, que posteriormente acabarán haciendo que se nos caiga la piel.
